Categoría: Entrevistas

Álvaro Palacios: “Para llegar a los vinos sublimes, España debe ir más allá de las DO regionales”

“Para llegar a los vinos sublimes, España debe ir más allá de las DO regionales”

La revista Decanter le ha incluido en su lista de 2009 de las personalidades que más influencia tienen en lo que el consumidor bebe hoy. Pero a Álvaro Palacios, único español, junto con Miguel Torres, que se cuela en el olimpo de gurús vinícolas, las distinciones no le distraen de su pasión de artesano de la vid, entregado a “elaborar el vino que da cada lugar, que vuelve a la tierra y a la historia”. Impulsor del resurgimiento de la DOC Priorato en los 80, revitalizador de la DO Bierzo en los 90 y continuador de la herencia familiar en la DOC Rioja, Palacios contagia su enamoramiento por las variedades autóctonas en un discurso en el que escoge con cuidado las palabras para llegar a la esencia, con el mismo mimo con el que se aproxima a sus paisajes vitícolas. Nombre imprescindible de la nueva generación de enólogos españoles, el viticultor riojano desgrana en una entrevista con El Catavinos sus nuevos proyectos. Y enfatiza que España sólo llegará a los vinos sublimes que hace Francia “si empieza a definir la pirámide de la localización, más allá de las DO regionales”, para abrir la puerta al reconocimiento en la clasificación de los vinos de municipio y de finca.

Álvaro Palacios cree que los vinos tienen que narrar su leyenda al consumidor. Sus vinos hablan de respeto a la tradición. “El gran vino, el vino de élite, está totalmente reñido con la tecnología. No es más que un proceso artesanal”, subraya. Satisfecho del cambio de rumbo que ha tomado Priorat hacia lo “genuino e histórico”, prevaleciendo la Garnacha por encima del Cabernet-Sauvignon, relata su obsesión por la búsqueda del carácter y la identidad. “La selección natural en la historia, en cada región, siglo tras siglo, con la ayuda del hombre, ha escogido las variedades adecuadas. Pero nuestras decisiones en viticultura han sido actos de ignorancia combinada con prepotencia”, apunta, al hilo del cultivo extendido de variedades foráneas o de variedades no óptimas en microclimas que desaconsejaban su uso.

Palacios describe la variedad autóctona de cada lugar como algo “sublime y, por tanto, vulnerable, delicado, sensible” atributos que sólo pueden reposar en “suelos pobres y frescos”. Y considera que “si en el oficio de viticultor y elaborador tuviéramos todos un romanticismo, que fuera objetivo y profesional”, para actuar en coherencia con el patrimonio vitivinícola, “lo que habría en cada segmento del mercado funcionaría con una belleza increíble, porque cada vino siempre tendría el mayor privilegio de distinción: el carácter, la personalidad, la identidad”.

En diálogo con la tierra

La máxima expresión de esta filosofía en sus vinos es L’Ermita, vino que le encumbró y que es, en sus palabras, “la depuración más absoluta de un viñedo de garnacha clásico de Priorato, que proviene de unas viñas de más de 70 años. Desde 1993 está sometido a viticultura ecológica y el vino ha adquirido una gran consistencia e identidad”.

Aquel enólogo inquieto formado en Burdeos que a finales de los 80 desembarcó en Priorato, con René Barbier y otros productores en el proyecto ‘Gratallops’ para poner en valor unos suelos de pizarra, la llamada licorella, que los monjes habían cultivado durante siglos, no ha agotado la expresividad de las laderas de esta tierra catalana privilegiada y estrena en el mercado Camins del Priorat 2007. Elaborado en su bodega de Gratallops con las uvas procedentes de multitud de pequeñas y singulares parcelas, ensambla con acierto garnacha y samsó con toques de cabernet sauvignon y syrah, afinados con ocho meses en barricas y tinas de madera.

A él se sumará el lanzamiento en otoño de su ‘vin de vila’ de Gratallops, amparado en la próxima aprobación formal en la DOC Priorato del vino de pueblo, lo que permitirá mencionar en la etiqueta el nombre del municipio, dándole prioridad, para todo aquel vino que provenga de viñas en propiedad. “Comenzaremos con la cosecha de septiembre de 2007. Y compartiremos el nombre de Gratallops con otros elaboradores como marca”, avanza.

Palacios destaca que la calidad del vino se debe a su localización. Pero lamenta que en España y en el Nuevo Mundo “pensamos que el vino es cuestión de marcas con ideas y de marketing”. Consecuencia de esta percepción –agrega- es que España no ha desarrollado la pirámide de localización más allá de las DO regionales. Sin embargo, advierte que “el único camino para llegar a los vinos mitológicos es dar identidad a la marca del pueblo y a la de la finca, ya que ambas no se perderán con los años, porque crearemos un fondo de comercio patrimonial común”, una sensibilidad que sí ha desarrollado Francia, incide. Consciente de que esta estrategia choca con determinados intereses económicos, Palacios la defiende como posibilidad, no como imposición: “Yo también hago vino regional, y lo digo con orgullo. Pero tiene que haber libertad para quien quiera suscribir el vino de pueblo”.

Enraizado a la historia

A caballo entre Priorato, Rioja y Bierzo, este orfebre de la vid se vuelca en cultivar la viña y elaborar el vino como lo hacían los antepasados. “La viticultura que me gusta es cuando compras un viñedo histórico, que no ha sido alterado en el tiempo, y tomas el relevo. Es un disfrute sin parangón, porque las viñas están llenas de lógica”. Una viticultura natural, ecológica cuando las condiciones lo permiten, le guía en el ascenso de los “peldaños cualitativos” que llevan a “los vinos que conmueven”. Sus vinos se deben al trabajo en el campo y, por tanto, el trabajo en bodega debe enfocarse a que la musicalidad de la viña “fluya” bajo patrones artesanales de elaboración, pero sí entrando en el juego de la alquimia, de mezclador de variedades, para los vinos de mayor volumen.

Su apego al terruño alimenta su trabajo no sólo en Priorato, también en Rioja Baja, en la bodega familiar Palacios Remondo, con su vino La Montesa, ensamblaje de tempranillo, graciano, mazuelo y garnacha, o su monovarietal de viura Placet, mientras explora nuevas aventuras vinícolas en las faldas de la Sierra de Yerga. En Bierzo, la “armonía y afinidad” con su sobrino Ricardo Pérez ha dado fruto a vinos como Pétalos del Bierzo, Bierzo, Corullón, Las Lamas y la Faraona, que retratan la belleza milenaria de la mencía.

Su padre, José, le hizo mirar al extranjero, viajar, y desde entonces su empeño ha sido conseguir el reconocimiento de España en el exterior. Transmitir, en suma, “las maravillas, misterios, intrigas, bellezas y placeres” que rodean al vino. Palacios invita a descubrir que “el vino es la estimulación de las emociones, la sensación de que se pare el tiempo durante un instante”. Sus vinos detienen, sin duda, momentos.

Entrevista con Alice Feiring. “La honestidad triunfará en el mundo del vino”

Entrevista con Alice Feiring, crítica de vinos de Los Ángeles Times Magazine y autora del libro La batalla por el vino y el amor o cómo salvé al mundo de la parkerización.

La escritora y crítica neoyorkina Alice Feiring es una voz influyente en el universo vinícola desde su enérgica oposición a cómo la tiranía del gusto de Robert Parker ha homogeneizado la oferta de vinos en el mundo. Esta lucha contra la globalización recorre su libro La batalla por el vino y el amor o cómo salvé al mundo de la parkerización, que será publicado en España por Tusquets en 2010,y en el que Feiring aboga por aquellos vinos que le transportan al paisaje, la comida y las gentes del territorio del que provienen. En una entrevista con ElCatavinos con motivo de su participación en el V Foro de Marketing del Vino, celebrado los días 26 y 27 de marzo en Logroño, Fering defiende con pasión la honestidad en la elaboración del vino y apunta que su libro no cambiará el mundo vinícola pero avivará el debate.

¿Considera que se está produciendo una democratización en el mundo del vino que está conduciendo a un mayor poder del consumidor?

Sí y no, porque el consumidor necesita en realidad información para tomar sus decisiones y está necesariamente condicionado por lo que lee. En realidad, no hay una escritura honesta de lo que sucede en el mundo del vino, debido a las decisiones editoriales y a la publicidad. No estoy segura exactamente de lo democrático que es el mundo del vino. Mi intención es que el lector que se encuentre ante mi libro sepa apreciar los vinos reales frente a los vinos comerciales. Hay personas que prefieren los vinos comerciales por ciertas razones. Pero otras todavía no han identificado esos vinos reales que, cuando se cruzan en tu camino, cambian el modo en que percibas la vida.

¿Cuál es su visión sobre la independencia de la crítica?

Soy consciente de que la crítica independiente no se da muy a menudo. Es cierto que es diferente de país a país. Pero hay que reconocer que los amigos siempre influencian en ti. En mi caso, intento ser muy limpia. Si soy amigo de un productor, no mentiré sobre su vino, pero puede que no haga una crítica muy negativa de ese vino. Lo que no considero buena idea es la publicidad de bodegas en las webs de crítica de vinos. Además, creo que muchos críticos no tienen un buen conocimiento vitivinícola. Tener un conocimiento apropiado es fruto de una labor de muchos años.

“Rioja ha perdido su camino, su alma”. Usted ha criticado fuertemente el camino emprendido en Rioja hacia vinos más contemporáneos. ¿Es optimista respecto al futuro de la DOCa?

Aunque soy por naturaleza un tanto pesimista, sí creo en el futuro de Rioja. España está siendo testigo de unos movimientos muy fuertes hacia la vuelta a los vinos ligados a la tierra. Estoy claramente convencida de que Rioja puede hacer vinos bellos, que la gente pueda diferenciar de vinos procedentes de otras regiones del mundo. Rioja tiene la identidad más fuerte de entre todas las DO, pero no lo está utilizando correctamente como reclamo. Se puede hacer un Rioja auténtico, de terroir, de la tierra. Cada vez más y más gente se da cuenta de que se pueden hacer vinos próximos a la naturaleza, que cuenten su historia. La Rioja será audaz y tomará esta dirección. López Heredia nunca ha cambiado su filosofía y tiene más visibilidad que nunca fuera de España.

¿Cómo será el mundo del vino una vez vencida la crisis?

Será un escenario interesante, especialmente para la gente que ama el vino, que es entusiasta del vino, porque el vino volverá a pertenecer a la gente. La travesía será difícil y ciertos productores no sobrevivirán. Pero el final de la crisis no significará el triunfo del poder del dinero, sino de la honestidad. Aquéllos que han entrado en el mundo del vino para elaborar vino por diferentes razones a las estrictamente económicas, por su pasión por este mundo, tomarán las riendas. Los consumidores buscamos esos vinos honestos que nos transporten al paisaje, la comida y las gentes del territorio del que provienen.

En su blog In Vino Veritas confiesasu búsqueda por los Philip Roths, los Chaucers y los Edith Warthons del mundo del vino. ¿Cuáles son los vinos que componen su “biblioteca”?

Bebo muchos vinos del Ródano y de Borgoña. Pero no bebo vino de California.

La industria del vino estadounidense ha recibido con expectación a Barack Obama, entusiasta del vino que contaba con una importante bodega de 1.000 botellas en su casa de Hyde Park (Chicago) antes de mudarse a la Casa Blanca…

Estoy fantaseando con mandarle mi libro. En realidad me gustaría tener una buena conversación con Obama sobre vino y creo que podría cambiar la manera en que entiende el mundo del vino (bromea).

El sueño de una bodega de Domaine Romanée Conti

Alice Feiring habla de sí misma como una superviviente de una infancia y educación en Long Island, en Nueva York, que acabó convertida en escritora de vino. Aterrizó en el vino de modo accidental, mientras estudiaba un master en Terapia del Movimiento en Cambridge, de la mano de su compañera de habitación, con la que organizaba catas semanales. Y ya no hubo viaje de regreso. El movimiento de la viticultura orgánica, biodinámica y los vinos naturales le atrapó y ha transmitido ese entusiasmo desde las páginas de Los Ángeles Times Magazine, San Francisco Chronicle, The Wall Street Journal o The New York Times, donde publicó un artículo sobre los modos en los que el vino puede ser manipulado que le hizo merecedora del premio James Beard. Cuando no está en la carretera o enganchada a su afición por el vino se la puede encontrar “intentando aprender a tocar el melodeon (órgano americano) y soñando con una bodega repleta de Domaine Romanée Conti. O al menos con dos botellas o tres”.

Todos los derechos reservados & Elcatavinos